Deidad menor
Símbolo: triangulo de tres estrellas de seis puntas (naranja, amarilla y roja)
Plano natal: Aguaclara
Alineamiento: caótico bueno
Ámbito: alegría, felicidad, baile, fiestas, espontaneidad, libertad
Adoradores: bardos, bailarines, artistas del entretenimiento, poetas, juerguistas, cantantes.
Alineamiento de los clérigos : CB, CN, NB
Dominios: Bien, Caos, Familia, Hechizo, Viaje
Arma predilecta: “Destello” (shuriken)
Laira es la doncella en perpetuo movimiento de incontables heladas, la arquetípica bailarina ingenua que ha inspirado a poetas, escritores de canciones y cualquiera que disfrute con la experiencia y maravilla de una vida vivida alegre y libremente.
En cierto modo, desconectada de los acontecimientos diarios del reino mundano, Laira habla a sus seguidores mas devotos en sueños, mostrándoles con el ejemplo que no merece la pena preocuparse por la mayoría de los contratiempos y que pocos problemas son lo suficientemente importantes como para alejarlos de la Jácara elísea, una filosofía que pone el movimiento alegre sobre los demás asuntos.
Los clérigos de Laira (conocidos como portadores de alegría) van desde distraídos coquetos hasta hedonistas desviados. Todos son de buen corazón y valoran el jolgorio por encima de todo lo demás. La suya en una devoción aeróbica, y los lairanos son apreciados en todo Faerûn como algunos de los individuos mas a tono físicamente hablando. Sus templos consiguen fondos albergando grandes galas, que después emplean de un modo aparentemente caótico, quizá para embellecer este o aquel lugar publico o para realizar una fiesta sorpresa para un adusto señor. Siendo considerados en las tierras civilizadas como personas de trato fácil, los portadores de alegría de Laira encuentran patronazgo y aliento, y están entre los clérigos más populares de Faerûn. En tierras mas oscuras, o en regiones duras y no civilizadas en las que la frivolidad puede llevar a la muerte por los elementos o el gobierno, su religión es suprimida con enorme celo. Curiosos hasta el defecto, esto solo fomenta que los lairanos busquen estos lugares, con la esperanza de proporcionarles alegría y diversión con los pasos de un baile desenfadado o el cadencioso trino de una canción hermosa.
Los portadores de alegría se regocijan con la llegada del amanecer(como con todo lo demás) y rezan al Ama de las fiestas con el nacimiento de cada mañana. Casi cualquier día sagrado no unido a la adoración de algún ser maligno es causa de celebración para ellos. Las celebraciones más sagradas comienzan con las Espadas abatidas, un ritual en el que dos o mas armas son arrojadas al suelo y enterradas bajo un montículo de flores frescas. Los lairanos frecuentemente se hacen multiclase como bardos.
Historia/ Relaciones : el mayor amigo de Laira en el panteón faerunio es el dios bardo Misil, que comparte con ella la fascinación por la interpretación. En el pasado fue una gran amiga de la diosa del comercio, Waukin, tanto que Laira llego a absorber a muchos de los clérigos desafectos de la amiga del mercader cuando la diosa desapareció durante la Era de los Trastornos. Sin embargo, desde su regreso Waukin ha codiciado celosamente a esos clérigos que se convirtieron al lairismo, y la consiguiente mala voluntad ha dado lugar a una fractura entre las antiguas compañeras. El asesinato de la Ama del jolgorio de Selgaunt, Khalanna Asjros (a la cual Laira había tomado como amante mientras estuvo en forma mortal durante la era de los Trastornos), por fuerzas del culto local de Loviatar ha afectado profundamente a la Portadora de alegría. Una orden militante conocida como los Faranduleros escarlata ahora recorre Faerûn con su apoyo, despachando a los agentes de la Doncella del dolor por medio de una elaborada y mortal danza que utiliza las botas con cuchillas de los faranduleros.
Dogma: cada día es otro movimiento de la Jácara elísea, la gozosa danza de una vida que se vive en éxtasis y sin preocupaciones ni frustraciones. Busca la alegría trabajando siempre para dársela a los demás. Las fiestas son para todos: reúne en las celebraciones a los perdidos, los solitarios, los exiliados y los forajidos, los rechazados e incluso a tus enemigos. Deja que la gente siga sus propios deseos y nunca dejes de seguir los tuyos.
|