Deidad Mayor
Símbolo: impacto explosivo de un rayo
Plano natal: Corazón de la Furia
Alineamiento: Caótico maligno
Ámbito: tormentas, destrucción, rebelión, conflagraciones, terremotos, remolinos
Adoradores: los que temen el poder destructivo de la naturaleza, bárbaros, guerreros, druidas, semiorcos.
Alineamiento de los clérigos: CM, CN, NM
Dominios: Caos, destrucción, Fuego, Mal, Tormenta
Arma predilecta: un rayo relampagueante (lanza corta, larga o media lanza)
Talos es un dios violento, furibundo y de poca paciencia que se deleita en el caos y disfruta con la destrucción. Con frecuencia mezquino y vengativo, el Señor de la tormenta es un matón de enorme poder, y normalmente lo que le motiva es la furia y el deseo de nunca parecer débil o comprometido ante sus adoradores. Conocido como Bhelrós entre los calishitas y como Kozah entre los bedín, Talos tiene la apariencia de un hombre tuerto y con barba, de anchos hombros y vestido con una media armadura completa y guantes negros de cuero. Su cuenca vacía esta llena de estrellas arremolinadas y cubierta por un parche oscuro.
La iglesia de Talos es relativamente pequeña para un dios mayor y casi universalmente despreciada, porque sus seguidores solo traen la destrucción y solo dejan ruina a su paso. Son fanáticos en su amor por la destrucción y no temen llamar tormentas desde barcos, pueblos o ciudades en el nombre de su enloquecido dios. A pesar de ello, son muchos los que temen y rinden pleitesía al señor de la Tormenta, asegurando que permanezca como una de las más poderosas deidades del panteón faerunio.
Los fieles de Talos rezan para sus conjuros a diferentes horas del día a lo largo del transcurso del año, variando el momento según los caprichos de su dios (el cual raramente les deja con la misma hora del día más de una dekhana). Los clérigos de Talos celebras sus festivales anuales (Verdor, Estival y demás) con grandes ceremonias en las que se llaman relámpagos y se convocan tormentas. Su ritual más sagrado es la Llamada del trueno, en el cual asesinan a una criatura inteligente mediante un relámpago. El ritual, visto con mayor frecuencia es la Furia, en el cual un clérigo reza y después realiza ataques suicidas contra gentes u objetos en un esfuerzo por llevar una considerable destrucción a un lugar en poco tiempo, lanzando conjuros y antorchas encendidas mientras gritan el nombre de Talos. Todo ellos concluye con un nuevo rezo (si el clérigo sobrevive). Esto es considerado mas sagrado cuando es realizado por un clérigo de Talos en solitario, pero contra enemigos formidables, el clero normalmente ataca en grupo o atrae a los defensores para destruirlos de uno en uno. Los clérigos de Talos tienden a hacerse multiclase como bárbaros, hechiceros, señores de las tormentas y magos. Aquellos que trabajan con el Culto del Dragón a veces se hacen multiclase como ataviados púrpuras.
Historia /Relaciones: Talos fue formado en la primera batalla entre Sêlune y Shar. Ahora es el líder de los dioses de la Furia: Áuril, él mismo, Málar y Úmberli. Aunque no tendría el menor reparo en arrebatarle su ámbito, Talos tiene una relación próxima y cordial con Áuril. Su relación con Úmberli es al mismo tiempo de flirteo y llena de rivalidad. Solo trabaja a regañadientes con la Bestia, y Málar le mataría si pudiese. Talos tiene en su pasado el haber elevado a poderosos mortales a la divinidad para después forzarles a agotarse a su servicio, siendo el más reciente Velsharún. Velsharún ha tenido más éxito que la mayoría de los semipoderes ascendidos por Talos, ya que todavía sobrevive, y sabiamente ha desplazado sus alianzas hacia Mystra y Azut. Talos intentó asumir el dominio sobre la magia salvaje y destructiva bajo el alias de Malik, pero Mystra se lo impidió y por ello se desplazó hacia otro tipo de descarados intentos de acumular poder. Odia las deidades que promueven la construcción, el aprendizaje y la naturaleza y odia especialmente aquellos que se atreven a cambiar el clima. Su lista de enemigos incluye a Khauntea, Eldat, Lazhander, Mystra, Sune, Deneir, Gond, Yelmo, Mielikki, Oghma, Shialia, Silvanus y Tyr.
Dogma: la vida es una combinación de efectos aleatorios y caos, así que agarra lo que puedas y cuando puedas, porque Talos puede llevarte a la otra vida en cualquier momento. Predica el poder de Talos, y advierte siempre a los otros de las fuerzas que solo el controla: la furia de todo Faerûn. Camina sin miedo por las tormentas, los incendios forestales, los terremotos y demás desastres, pues el poder de Talos te protege. Haz esto públicamente siempre que sea posible para que los demás vean que solo Talos puede protegerlos. Haz que los demás teman a Talos mostrándoles la destrucción que el y sus servidores pueden causar. Para evitar probar su furia, rézale con energía y di a la gente que esta adoración (y solo esta) puede protegerla de la furia de los temporales, granizadas, vientos, inundaciones, sequías, ventiscas, huracanes y otras maldiciones naturales. Arroja estas fuerzas contra los enemigos de cualquiera si Talos considera un lugar o persona dignos de ser defendidos. Nadie puede intentar ignorar a Talos, sino que deben inclinarse y adorarle. Proclama este mensaje a todos y muestrales la destrucción que incluso el menor de los sirvientes de Talos puede hacer.
Clero y templos: Talos siempre tiene demasiados pocos adoradores para su gusto, por lo que su clero es enviado al mundo para extender su mensaje de poder e intentar reclutar a otros a su culto (sea por el miedo o porque esta gente disfruta esgrimiendo el poder en bruto). Como un ejemplo para todos, los fatalistas clérigos de Talos tienden a deleitarse en actos de destrucción aleatoria y maliciosa según viajan para así dar un ejemplo a todas las gentes que se interponen en su camino o intenta evitar que entren en una comunidad o pasen por una carretera. Algunos clérigos realizan pillajes, incendios y robos con tanto entusiasmo como cualquier bandolero y las aldeas que les consiguen rechazar suelen ser visitadas una o dos estaciones más tarde por un grupo de clérigos del Destructor que intentan asesinar a todo el mundo y arrasar el lugar. Esta práctica ha hecho que algunos asentamientos temerosos contraten “bandas de aventureros residentes” para evitar un destino similar después de que, uno o mas ciudadanos hayan tenido contactos hostiles con cualquier clérigo de Talos. Al señor de la Tormenta no parecen importarle los clérigos que se dedican a alcanzar deseos personales de dinero, comida, objetos lujosos y comportamiento licencioso siempre que llamen a una tormenta o se impliquen en espectaculares actos de violencia aleatoria una vez cada dekhana más o menos (derribar torres siempre es efectivo). Como resultado de esto, una parte del clero ha adoptado una vida de bandoleros. Dan una imagen de lunáticos para extender el mensaje de Talos como se les ordena y el resto del tiempo adoptan disfraces para hacerse con suculentas piezas.
Debido a la reputación de la iglesia, la mayoría de los templos y santuarios del Destructor son secretos. El culto a Talos esta prohibido en muchos países. Donde hay templos públicos de Talos muchos de ellos adoptan la forma de castillos o complejos amurallados ya que a veces sirven como fortalezas que los fieles pueden defender contra el populacho furioso. Estos lugares parecen estar siempre en el camino de las grandes tormentas, las líneas de fallas de terremotos o en el paso de los ríos de lava de un volcán, aunque Talos se encarga de que siempre sobrevivan sin un rasguño.
El clero mayor de Talos tiene ropas ceremoniales de color blanco, azulado adorando con carmesí, que parecen crujir como el relámpago. El resto del clero tiene vestido formales de togas y capas negras atravesadas de lagrimas y líneas irregulares de oro y plata (ropajes que le han dado el poco halagüeño nombre de “cuervos de la destrucción” en las raras ocasiones en las que alguien ha sobrevivido tras ver una ceremonia oficial). Las ropas tienen dobladillos irregulare y mangas bastas y desiguales. Siempre llevan un parche negro para el ojo incluso si el miembro del clero tiene buena visión en ambos ojos. Cuando no se realizan rituales sagrados, tienden a vestir de mala manera y eclecticamente.
Los rumores hablan de un misterioso grupo de magos que se especializan en una caótica combinación de magia elemental, conocidos como los Señores de la Tempestad, que deben alianza a Talos. Otros susurros en lugares oscuros hablan del apoyo de Talos a ciertos nigromantes para que se conviertan en liches, así como de una cabala de sabios y místicos enloquecidos que intenta provocar el fin del mundo. Conocidos solo como el Círculo del orín y el guano, estos defensores de la entropía han buscado y obtenido al Destructor como su patrón. La iglesia de Talos no tiene jerarquía central y los clérigos de bajo rango del señor de la Tormenta obedecen a sus maestros solo mientras temen la mayor fuerza de los clérigos de más edad. De vez en cuando la iglesia de Talos es asolada por un conflicto interno, como fue reciente caso entre los seguidores de Talos del norte y los seguidores de su alter ego del sur, Bhelrós.
No obstante, el señor de la Tormenta generalmente prefiere que sus seguidores traigan la devastación al resto del mundo, no entre ellos.
|