Existe
un dicho en el Sabbat: es mejor tratar
con el mismísimo Diablo que con un Ravnos antitribu,
ya que no sacarás nada de ninguno de los dos.
En las noches olvidadas de la historia, probablemente poco después
de la Convención de Thorns, una facción de los Ravnos
se apartó de su herencia gitana tras descubrir el Sabbat.
Aunque la secta estaba respaldada por una grandiosa ideología,
estos Ravnos separatistas se enamoraron de la "vida" de
aquellos vampiros. No se enredaban en complejos acertijos hinduistas
sobre el dharma, ni subvertían sus naturalezas bestiales.
Estaba compuesta por vampiros hechos y derechos, y ofrecía
numerosas oportunidades para el engaño perverso y la curiosidad
de estos jóvenes desertores, que se convirtieron en los primeros
Ravnos antitribu.
Desde entonces no han tenido mucha relación con la secta,
sirviéndola cuando era conveniente y aprovechándose
de la falta de comunicación provocada por los constantes
viajes. Algunos se preguntan por qué se mantiene esta la
alianza, pero cuando una información descubierta por los
Pícaros vuelve las tornas en un asedio, o un Ravnos antitribu
emprendedor logra seducir a la progenie de un príncipe de
la Camarilla, todos estos miedos
se evaporan. Se diría que estos vampiros han vuelto la espalda
a su clan original, aunque solo sea para
librarse de la aplastante presencia de sus antiguos: esa es la naturaleza
del Sabbat.
La existencia nómada de la mayoría de las manadas
es ideal para los Ravnos antitribu. La idea de poseer un
refugio permanente es casi anatema para los Pícaros, que
no desean otra cosa que servir a su grupo creando bases temporales
desde las que explorar territorio enemigo, sabiendo que pueden levantar
el campamento y marcharse cuando sea necesario. Esta peregrinación
es su ideal en estas noches modernas, pero muchos sospechan que
sus raíces son mucho más profundas, posiblemente surgiendo
de los prejuicios raciales y culturales que acosaron a los ancestros
humanos de los Ravnos antitribu, y a los siglos pasados huyendo
de la persecución. Un Ravnos del Sabbat
se aburrirá o quedará estancado con menos frecuencia
que su hermano independiente, ya que no
suele apoyar las mismas filosofías complejas.
Aunque el Ravnos medio posee un encanto libertino que puede proporcionarle
un compañero temporal o dos, los antitribu prácticamente
carecen de aliados mortales en los que puedan confiar. Siguen la
idea de "ámalos y déjalos", y emplean sus
grandes talentos con ambos sexos por placer personal y para reunir
información.
Aparte de la secta, los Ravnos antitribu tienen un código
tradicional de conducta para tratar con sus camaradas de clan. Puede
ser difícil de seguir para aquellos ajenos al clan, pero
la palabra que dan a su manada es ley. Cumplen fielmente sus acuerdos
verbales, como todos los Ravnos, pero los Pícaros van un
paso más allá. Si un miembro del Sabbat
quiere algo por escrito, se firmará mojando la punta de una
pluma en la sangre de una herida abierta en el brazo. Para ellos,
esta atadura es tan fuerte como la Vaulderie. Violar este códito
representa una importante pérdida de honor con los demás
miembros del Sabbat, y la mayoría
se indigna ante la mera sugerencia de la idea.
Apodo:
Pícaros
Apariencia: Los Ravnos del Sabbat
suelen tener un aspecto romántico y piel oscura. El cabello
y los ojos tienden a ser negros. Cuando viajan, visten de forma
discreta y funcional (vaqueros, camiseta y chaqueta de motorista
para hombres y mujeres) para no llamar la atención en territorio
enemigo. Cuando forman campamentos temporales o se convierten en
parte de las cofradías establecidas tienden a ser más
espectaculares. Hombres y mujeres llevan colores brillantes, a menudo
adornados con joyería u otros accesorios.
Refugio: Colgar el sombrero donde les apetezca: esa es la
filosofía de los Ravnos antitribu: Se refugian donde
y cuando es necesario, aprovechando las pocas comodidades que se
puedan preparar en poco tiempo. Si alguno elige un refugio permanente
puede apropiarse de una vieja mansión derruida, la casa de
una plantación o de un edificio similar, o bien preferir
un lugar sencillo para facilitar los viajes. No suelen tener muchos
objetos personales; aunque pueden robar, cambiar o conseguir material
en la carretera, los Pícaros no suelen conservar las cosas
mucho tiempo. El reto está en la adquisición, no en
la posesión.
Trasfondo: Los Ravnos del Sabbat
buscan a sus chiquillos entre las zonas más decadentes de
la humanidad. Cualquier joven carismático con gusto por el
engaño puede convertirse en un buen Ravnos antitribu. Un
intelecto rápido y un desprecio frío por los sentimientos
y la propiedad de los demás son el elemento clave a la hora
de elegir a alguien al que Abrazar. Se han perdido gran parte de
la sangre Gitana, y son más un clan en el sentido Cainita
que una rama vampírica de las familias Rom mortales. Todos
los Pícaros son gorgio (no-Gitanos), especialmente en los
Estados Unidos y en Sudamérica.
Creación del personaje: Los Ravnos antitribu
suelen tener conceptos solitarios, vagabundos o artísticos,
aunque muchos también son criminales. Pueden tener cualquier
Naturaleza, normalmente yuxtapuesta a un Conducta radicalmente distinta
(para mantener el misterio). Los Atributos Sociales y Mentales son
los más comunes, normalmente con los Físicos como
secundarios para resistir la dureza de los caminos. La mayoría
cultiva las Técnicas sobre los Talentos y los Conocimientos,
y pocos tienen más Trasfondo que un Contacto o un Aliado
aislado. Muchos Ravnos antitribu siguen la Senda de la Catarsis,
la de Caín y la de la Muerte y el Alma, aunque algunos conservan
la Humanidad indefinidamente.
Disciplinas de Clan: Animalismo, Fortaleza, Quimerismo
Debilidad:
Como sus hermanos independientes, los Ravnos
antitribu llevan mucho tiempo satisfaciendo sus caprichos,
cada vez más depravados. Cada Pícaro se especializa
en un área del vicio en el que está especialmente
interesado, aprovechando la menor oportunidad para disfrutar. De
hecho, se debe hacer una tirada de Autocontrol (dificultad 6) para
resistirse si se presenta alguna oportunidad propia. El jugador
debe decidir a qué tipo de "crimen" será
adicto durante la creación del personaje. Puede tratarse
del carterismo, las estafas, el robo de coches, el asesinato o cualquier
otra cosa en la que el jugador y Narrador se pongan de acuerdo.
Organización: Los Ravnos antitribu no tienen
mucha organización formal, ya que prefieren abrir por su
cuenta las sendas de la noche. Respetan la habilidad, de modo que
cuando de reúnen cuentan historias sobre sus logros, sobre
Lupinos engañados y abatidos, o sobre planes maestros de
cuidadosa elaboración y perfecta ejecución. Por supuesto,
y como podía esperarse, gran parte de estas historias son
mentiras y exageraciones, pero se valora tanto la narración
como las propias hazañas.
Los antitribu tienen dificultades a la hora de relacionarse
con los Ravnos y los Gitanos, ya que muestran un gran odio por todos
aquellos de ascendencia Romaní. Muchos sospechan que el clan
lleva tiempo repudiado y proscrito por los vampiros y Gitanos de
sangre más pura, que consideran a los Pícaros inferiores.
Los antitribu han decidido devolver esta antipatía. Extienden
una especie de "honor entre ladrones" a sus propios miembros
y al resto del Sabbat, creyendo que dañar a un hermano puede
llevar a un nuevo cisma, lo que les dejaría totalmente solos.
Cita: En esto es en lo que consiste el Sabbat: la libertad
para vagar por las autopistas, para alimentarse donde quieras o
puedas. Es la mejor no-vida que uno puede desear, y estaría
orgulloso de morir defendiéndola. Sin embargo, debes morir
por tu propia cuenta. No eres mi responsabilidad.
Cortesía de
Jurgen Heindall
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