La
historia no escrita del clan Brujah oculta un siniestro secreto.
Los Vástagos que se hacen llamar Verdaderos Brujah afirman que
el fundador del clan encontró la muerte a manos de su chiquillo
y que todos los "Brujah" son en realidad, descendientes de
este diabolista. Los chiquillos originales de Brujah, los Verdaderos
Brujah, desprecian a sus primos ilegítimos y albergan un gran
resentimiento por su legado de diablerie.
A diferencia de los "falsos" Brujah, los Verdaderos Brujah
son emocionalmente fríos. Un linaje de eruditos, cronistas y
buscadores de conocimientos, ven el mundo desapasionadamente. Ya estén
abriendo una tumba Cainita escondida, reuniendo los fragmentos de un
manuscrito perdido o alimentándose de la sangre de un esclavo,
los Verdaderos Brujah pasan sus no vidas en una plácida contemplación.
No sienten emociones ni miedo, sino que reaccionan analíticamente
a su mundo.
Estuvieron relacionados con la Mano Negra antes de su caída,
pero sus orígenes son anteriores incluso a los de la propia secta.
De hecho, cuando los jóvenes Brujah hablan de Cartago, están
hablando del hogar de los Verdaderos Brujah y no de las fabulosas utopías
que saltan a sus mentes. Los Verdaderos Brujah creen que su fundador
estableció su refugio en el norte de África, y que alrededor
del mismo se lazó la gran ciudad, donde los Hijos de Seth no
eran más que recipientes y víctimas de sacrificios. Cartago
no era una ciudad idílica, sino un pozo de sangre y fuego y dioses
que caminaban entre los hombres. Algunos de los Verdaderos Brujah dicen
recordar la ciudad, y deben de ser realmente viejos.
Desde la caída de la Mano Negra, los verdaderos Brujah han vuelto
a las tierras de sus orígenes, tendiendo un lazo informal con
los Seguidores de Set. Aunque solitarios y distantes, lo Elois son conscientes
del valor de los aliados, hasta el extremo de encontrar un terreno en
común con los Setitas. Ambos grupos son buscadores de secretos
y sabiduría perdida, y aunque se diferencian en lo que hacen
con su botín, nadie duda que tienen fines similares.
Pero al contrario que los Setitas, los verdaderos Brujah no buscan el
vicio y la permisividad, ni desean despertar al dios no muerto de las
Serpientes. Los Elois buscan el conocimiento por el conocimiento mismo.
Optan por ser eruditos y sabios, con la esperanza de controlar sus dominios
gracias a su habilidad. Pocos enemigos son tan tenaces como un Verdadero
Brujah, y pocos aliados tienen tantos recursos
Apodo: Elois
Aspecto: Los Verdaderos Brujah tienden a vestir según
el estilo de la época en la que fueron Abrazados, lo que a veces
les causa dificultades en las noches modernas. No tienen preferencias
étnicas concretas, pero los más viejos parecen originarios
de Persia o Mesopotamia. Los jóvenes prefieren la ropa moderna
pero conservadora, incluyendo trajes a medida y otras prendas elegantes.
Los Verdaderos Brujah que han entablado relaciones con los Setitas egipcios
adoptan a veces las costumbres y estilos norteafricanos.
Refugio: Prefieren los refugios solitarios, tan alejados de vampiros
y mortales como sea posible. Si disponen de los recursos necesarios,
los Verdaderos Brujah establecen varios refugios secretos, a veces en
diversas ciudades de todo el mundo. Les gustan las mansiones y propiedades
apartadas, los palacios escondidos, los templos y otras residencias
lujosas a las que siempre pueden retirarse cómodamente cuando
la carga de los siglos se hace demasiada pesada.
Trasfondo: Los Elois proceden de todas las culturas del mundo,
y generalmente son Abrazados después de llegar a una mediana
edad, aunque hay algunos Vástagos precoces. La característica
más común de la línea de sangre es el gusto por
el aprendizaje de sus miembros. La mayor parte de los Elois tienen una
buena educación, o la adquieren rápidamente tras el Abrazo.
Muchos son también ricos e independientes, procediendo de familias
acomodadas o teniendo recursos que requieren escasa atención.
Creación de personajes: Los Verdaderos Brujah casi nunca
tiene Naturalezas apasionadas, y sus Conductas pueden ser muy variadas.
El concepto suele ser del tipo profesional, extraño o artista,
normalmente con alguna inclinación al estudio. Los Atributos
Mentales son con frecuencia primarios, así como los Conocimientos.
Los Trasfondos más habituales son Identidad Alternativa, Arcano
(ver página 36 del Manual del Narrador 3ª Edición),
Contactos, Rebaño y Recursos. Suelen conservar sus ideales de
Humanidad, aunque los antiguos adoptan a veces extrañas o únicas
Sendas de Iluminación sobre las que se sabe muy poco. No se sabe
que los Elois relacionados con los Setitas sigan la Senda de Tifón:
aunque pueden compartir algunos lazos culturales con las Serpientes,
no necesariamente tienen la misma filosofía.
Disciplinas de Clan: Potencia, Presencia, Temporis
Debilidad: Las emociones de los Verdaderos Brujah se atrofian
durante sus noches de estudio y contemplación; se vuelven fríos
y desapasionados a medida que pasa el tiempo y se alejan cada vez más
de la vida mortal. Aunque estos Vástagos entienden el bien y
el mal a un nivel filosófico, es raro que sientan algún
pinchazo moral. Las tiradas de Conciencia y Convicción para estos
vampiros suman siempre 2 (hasta un máximo de 10) a la dificultad
dictada por las circunstancias. Además, la Humanidad y las puntuaciones
de Senda son difíciles de mantener ante la falta de emociones;
los Verdaderos Brujah deben pagar el doble de puntos de experiencia
para aumentar o recuperar su puntuación de Conciencia, Convicción,
Humanidad y Senda.
Organización: Aunque los Verdaderos Brujah valoran su
soledad, también tienen una alta estima por el debate intelectual.
Dos veces al siglo, estos vampiros se reúnen en un lugar decidido
por sus mayores e intercambian información sobre asuntos importantes.
La última reunión, por ejemplo, estableció su relación
informal con los Seguidores de Set. Aparte de esas asambleas, los Elois
se reúnen a veces para discutir sobre asuntos de actualidad,
filosofía, religión, política y cualquier otra
cosa que pueda afectar a sus no vidas.
Cita: Un punto de vista interesante, y que tomaré en
consideración en el futuro. Felicidades: voy a respetar tu vida...
por esta vez.
Cortesía de Jurgen
Heindall
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