Sascha Vykos,
El Ángel de Caín

TzimisceTrasfondo: La andrógina Sascha Vykos, erudita Nodista, científica Tzimisce y monstruo Cainita, ha sido durante mucho tiempo una firme defensora de la libertad del Sabbat. Es la torturadora en jefe del Infierno, y toda una virtuosa con el escalpelo. Sascha comprende los matices de cada sensación física y conoce los nervios mejor preparados para recibir sus ministerios. También es una criatura del conocimiento, y posee una colección de libros y artefactos que bastarían para humillar los salones de cualquier academia. Sus enemigos, entre los que se cuentan el Gangrel Beckett y el Malkavian Anatole, creen que es una figura de culto en el Sabbat, y de aquí que los miembros de la secta emulen sus acciones. Sin embargo, lo cierto es que Vykos es un monstruo más allá de su propia edad. Pocos podrían entender los grandes planes del Priscus ronin de la Espada de Caín.

Sascha Vykos, que se hacía llamar Myca Vykos en los años anteriores a su autoinfligida castración, disfrutaba de una envidiable existencia en el glorioso Imperio Bizantino. Nacido en el seno de la nobleza de los Cárpatos antes del final de primer milenio, Myca parecía destinado a la grandeza desde una muy temprana edad. Ya de niño, sus aptitudes y sus visiones atrajeron la atención de la Casa Tremere de la Orden de Hermes. Aprendió los rudimentos de la hechicería, y demostró ser un estudiante tan apto que despertó los celos del magus Goratrix, cuyo postrer intento de entregarle a los Cainitas Tzimisce le "salió rana", y así el muchacho encontró un sitio entre los Demonios.

Con el tiempo, Vykos empezó a odiar a su clan, así que huyó a Constantinopla con la ayuda de su sire, Symeon, un Tzimisce renegado. Los grandes libros de Alejandría se convirtieron en los silenciosos maestros del Vástago mientras los gigantes políticos de las cortes bizantinas le enseñaban las sutilezas de la influencia. Al igual que los demás Cainitas de la ciudad, Myca se enamoró del Toreador Mikael y de las ilusiones de divinidad del Matusalén. Pero, ¡ay!, ni Constantinopla ni Mikael duraron. Cuando la Cuarta Cruzada destruyó la ciudad, tanto Vykos como su sire escaparon hacia las fortalezas que sus hermanos Tzimisce tenían en los Balcanes. Aunque el legado del Toreador quedó atrás, su alcance afectaría en gran medida al Demonio incluso tras la Muerte Definitiva del Matusalén.

Durante los años que Myca pasó en Constantinopla, su sed de conocimiento fue avivada por Mikael, que pretendía convertir al joven Tzimisce en un registro andante de Constantinopla, la visión personal del Toreador del Cielo sobre la Tierra. Sin que Vykos fuera consciente de ello, el Matusalén le implantó su visión, así como la necesidad de preservar el legado de la legendaria ciudad. Así, Myca se convirtió en el arquitecto de Mikael, aquél que construiría un nuevo reino sin los errores del antiguo. Vykos llevó a cabo los sueños del Toreador, construyendo un impero viviente, utilizando carne en lugar de piedra. Su ciudad había de ser una comunidad de Cainitas fundada sobre pilares de sangre y hueso. Su participación en la formación del Sabbat fue el primer paso hacia esa meta.

Durante el levantamiento de los antitribu, más conocido como la Revuelta Anarquista, los anarquistas atacaron los bastiones de los antiguos para destruir todo lo que estuviera relacionado con sus viejos maestros. Por su parte, Myca jugó a ser un monstruo mientras torturaba a Symeon, absorbiendo y regurgitando una y otra vez a su sire antes del acto final de diablerie, pero también interpretó el papel de erudito al salvar los libros a riesgo de su propia vida. Durante el levantamiento, Vykos ayudó a sus aliados, Lugoj y Velya, y se convirtió en un apoyo fundamental como Priscus del incipiente movimiento Sabbat.

A lo largo de los siglos, Sascha (pues así es como Myca se rebautizó poco después de liderar un asalto sobre el pueblo de Thorns) ha servido a la secta como sabio y guerrero. En ambas funciones, actúa como Priscus errante, si bien su manera de asesorar a los cardenales regionales parece más inclinada a hacer enérgicas "sugerencias" que a dar recomendaciones políticas. Como erudito, mantiene antiguas bibliotecas y depósitos por todo el territorio de los Balcanes. En este papel, Vykos es un aliado de los Sabbat de la vieja guardia que aprecian la fuerza del conocimiento. Sin embargo, como guerrero, Sascha es también una temible herramienta para la venganza. Con su maestría de la Taumaturgia y Vicisitud puede vencer casi a cualquier adversario, si bien, por lo general, prefiere capturar enemigos antes que matarlos. Muchos de sus prisioneros han soportado sesiones alternativas de tortura y placer extático de décadas de duración. A menudo, sus víctimas no saben si van a ser torturadas o violadas.

Es esta faceta más violenta la que más atrae a los Sabbat más jóvenes. A cambio, el Sabbat, como colectivo, sirve como arma para Sascha; una muralla viva entre ella y los Antediluvianos, sus adversarios en su juego de moralidad (N del T. -un tipo de obra de teatro inglesa de la edad media caracterizada por un sentido moralizante). Cada muerte que inflige fortalece la posición de la Espada de Caín; cada derramamiento de sangre es parte del retrato de Dios; cada grito de agonía es un clavo en la ciudad no-muerta del Cielo. Ésta es la razón por la que sabe cómo grita cada nervio, cuánta sangre fluye de una herida específica y cuánta grasa se puede extraer de un cuerpo mortal antes de que éste muera.


Imagen: Sascha es una belleza alienígena. Sus extremidades son largas, esbeltas y gráciles, aunque sus movimientos revelan poder. Su cara es como una obra de Miguel Ángel, perfecta y sin defectos de forma. Sin embargo, ni siquiera el maestro de artistas hubiera podido capturar la expresión cruel de Vykos. El intrincado diseño de cicatrices, tatuajes y perforaciones que cubren su forma andrógina sólo aumentan su enigmática belleza. Los que parecen ser delgados y oscuros tatuajes en su cuerpo son en realidad hendeduras en la piel que se abren como las bocas desdentadas de los bebés. La habilidad con Vicisitud de Sascha la permite hablar a través de estas bocas, creando un coro con su propia voz capaz de enervar al oponente más férreo. Vykos luce estas marcas como trofeos, y algunas veces las acaricia con ternura. Sin embargo sus rasgos más irresistibles son sus ojos, que miran todo lo que hay a su alrededor del mismo modo en que un forense disecciona un cadáver. Nunca parpadean ni se pierden en la distancia, simplemente miran fijamente.

Sugerencias de Interpretación: Miras a la gente de la misma manera en que los humanos contemplarían a un pez dorado: con un desapasionado interés. Ya has decidido cómo matarlos; la cuestión no es si algunos merecerían vivir o morir, sino cuándo planeas disponer de ellos. Todo depende de cuánto tiempo demuestren serte útiles. Sin embargo, tu actitud no es la de una fantasía psicótica, sino la de la pura observación analítica. Eres un científico en cuerpo y alma: práctico, concienzudo y desapasionado.


Sascha VykosClan: Tzimisce
Sire: Symeon
Naturaleza: Monstruo
Conducta: Visionario
Generación:
Abrazo: 1.002
Edad Aparente: Indistinguible

Atributos Físicos: Fuerza 4, Destreza 4, Resistencia 3
Atributos Sociales: Carisma 6, Manipulación 4, Apariencia 7
Atributos Mentales: Percepción 3, Inteligencia 5, Astucia 4

Talentos: Alerta 4, Atletismo 3, Empatía 1, Esquivar 5, Estilo 6, Interrogatorio 7, Intimidación 5, Intriga 4, Liderazgo 3, Pelea 4, Subterfugio 4
Técnicas: Alteración Corporal 6, Armas C.C. (Cuchillo) 4, Equitación 3, Etiqueta 3, Herbolaria 3, Interpretación 2, Sigilo 2, Supervivencia 3, Tiro con Arco 2, Trato con Animales 2
Conocimientos: Academicismo 4, Cultura de la Camarilla 4, Cultura del Sabbat 6, Cultura Local (Europa) 6, Documentación 5, Finanzas 2, Historia 6, Investigación 3, Leyes 1, Lingüística (una letanía de lenguas contemporáneas, antiguas, asiáticas y romances) 6, Medicina 5, Ocultismo 5, Política 4, Sabiduría Popular 2

Disciplinas: Animalismo 4, Auspex 4, Celeridad 2, Dominación 5, Fortaleza 3, Presencia 4, Taumaturgia 5, Vicisitud 7
Sendas Taumatúrgicas: Senda de la Sangre 5, El Encanto de las Llamas 5, Movimiento Mental 2

Trasfondos: Aliados 3, Contactos 3, Criados 6, Posición en el Sabbat 6, Rebaño 5, Recursos 5, Rituales 5

Virtudes: Convicción 5, Autocontrol 4, Coraje 5
Moralidad: Senda de la Muerte y el Alma 9

Fuerza de Voluntad: 8


Nota de Jurgen: Sascha Vykos desembarcó en los EEUU en el año 1.999, junto con el resto de las tropas enviadas por el entonces Arzobispo (y luego Cardenal, y luego difunto...) Monçada. Pronto se convirtió en uno de los líderes de las tropas que arremetieron contra las ciudades de la Camarilla de la costa este de los EEUU, junto con el Arzobispo Polonia y Borges, de Miami. Torturó física y psíquicamente a un Assamita (con el consentimiento del clan assamita) para que le sirviera como guardaespaldas, cambiando totalmente su cuerpo hasta hacerlo pasar por un ghoul. Estuvo a punto de conseguir la muerte de Vitel, el ex príncipe de Washington, un antiguo enemigo (muerto posteriormente por la Camarilla al enterarse de que pasaba información al sabbat). Llegó incluso a ser nombrada Arzobispo de Washington, todo un ascenso. Sin embargo, ella no estaba interesada en el cargo, y no cuidó en absoluto de la ciudad, desentendiéndose de todo su funcionamiento, consolidación y problemas, prefiriendo complotar dentro del sabbat. Cuando su mentor Monçada fue eliminado y la noticia llegó a los EEUU, su cargo duró poco. El mismo Polonia y varios lugartenientes fueron a pedir explicaciones y pedir su dimisión (y probablemente su muerte) por haber fallado su informador (el ya muerto Vitel). La salvó de la muerte su "ghoul" Ravenna/Parménides (el assamita) que eligió morir por ella en vez de matarla, como le había indicado recientemente el clan. Incluso ella misma le había dicho que la matara cuando llegara esa situación. Pero eligió defenderla y permitirle escapar. Cosa que ella hizo. Antes del ataque estaba con uno de sus experimentos en los que intentaba acoplarse el feto de una vampira de sangre débil... En estos momentos, se encuentra en paradero desconocido.

Cortesía de Jurgen Heindall


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