Clan Mekhet


Sí, puedo averiguar lo que deseas saber, pero mejor que merezca la pena...
Apuesto a que le encantaría saber por qué estás interesado en él...


MekhetLos vampiros siempre han sido unas criaturas de la noche, aunque ninguno lo es tanto como los pertenecientes al clan Mekhet. La oscuridad es el factor común de su linaje, ya que sus miembros se rodean con ella como si fuera una mortaja. El clan es famoso por su sigilo y sabiduría, características adecuadas para relacionarse con la oscuridad: la mejor forma de ocultarse y su principal fuente de conocimientos.

El clan Mekhet cuenta con los miembros más cosmopolitas de la familia de los Vástagos. Aunque es un clan nacido de la oscuridad, las Sombras, como son conocidas, interpretan la oscuridad de múltiples formas. Algunos de los miembros del clan son maestros de la noche y utilizan sus dotes y poderes para buscar su lugar entre la aristocracia de los Condenados. Otros acechan en las sombras preparados para empalar al enemigo o robar las riquezas de los refugios ajenos. Otros son poetas y artistas, herederos de una oscuridad más personal. Un gran número de ellos son adivinadores de secretos en busca de información olvidada y abandonada en la oscuridad de los recuerdos. Los miembros del clan van desde los asesinos sombríos hasta los príncipes filósofos pasando por cualquier cosa intermedia.

Aunque algunos miembros del clan son rudos, los Mekhet se caracterizan por la delicadeza con que tratan cualquier aspecto tenebroso al que se dediquen. Un guardaespaldas Mekhet, por ejemplo, es improbable que se comporte como un bruto pendenciero. Un espía es grácil e invisible, no un vándalo descuidado. Un sabio o un erudito dispondrán de un talento tan sobrenatural como para elevar sus habilidades al nivel de las de un oráculo. Los Vástagos Mekhet se consideran unos defensores del estado vampírico, hecho que hace que refinen sus actividades hasta convertirlas en arte.

Apodo: Sombras

Alianza: muchos Mekhet pertenecen a los Cartianos o al Lancea Sanctum, ya que ambas poseen largas tradiciones de política y ocultismo en las que los Mekhet pueden participar. Lo mismo podemos decir del Círculo de la Bruja, ya que suele atraer a los miembros de este clan en virtud de su mensaje de dotar de redención y significado a la existencia de los Condenados. Las Sombras menos filosóficas y más apasionadas suelen acabar perteneciendo a los no alineados, pues su ideología de libertad (o anonimato...) es sencilla de comprender por un corazón salvaje. Esto no quiere decir que el clan no tenga presencia entre los Invictus. Las Sombras Invictus suelen ser más recatadas en lo que respeta a su afiliación que sus hermanos, o al menos más reservadas sobre los motivos de la misma. Unos cuantos Mekhet pertenecen al Ordo Dracul, ya que el estudio de los principios esotéricos suele ir acompañado de expediciones en busca de artefactos o secretos similares.

Apariencia: de todos los clanes, el Mekhet es el menos uniforme en su apariencia. Algunos interpretan el arquetipo del clan hasta las últimas consecuencias, por lo que visten de negro y adoptan pautas que les permiten pasar desapercibidos. Otros prefieren la moda mortal para mezclarse entre la multitud. Esta práctica suele ser frecuente entre aquellos Mekhet que se asocian con alguna subcultura, ya que acaban convirtiéndose en un icono de los gustos del grupo.

Refugio: de todos los clanes, el Mekhet es el que posee unas preferencias más polarizadas. Algunos de ellos prefieren estar cerca de la acción. En las grandes ciudades donde su número es mayor, muchos prefieren tener un apartamento cerca del núcleo urbano, o al menos de los lugares nocturnos de la zona. Las Sombras de mayor edad suelen mostrarse preocupadas por su seguridad, por lo que habitan grandes casas situadas en zonas menos pobladas. Estos Vástagos suelen poseer perros y sirvientes reforzados con la vitae de sus maestros. Unas pocas Sombras paranoicas se retiran al subsuelo, donde cohabitan (o compiten) con los Nosferatu por el refugio contra el sol.

Trasfondo: los Mekhet pueden provenir de cualquier forma de vida mortal. El único nexo común que une a los candidatos potenciales es su afinidad por la noche u otros oscuridad metafórica, como un alma dolorida o una sed de conocimiento. Muchos Mekhet suelen ser educados por sus Sires tras el Abrazo con la intención de enseñarles a comprender tanto la naturaleza de su clan como sus deberes. No suelen darse casos en los que un sire Mekhet abandone a sus chiquillo a manos del resto de los Vástagos. Algunos prefieren dejar que su progenie descubra el mundo de los Vástagos por su propia iniciativa, aunque ninguno de ellos irá tan lejos como para no observar su progreso.

Creación del personaje: muchas Sombras dan prioridad a sus Rasgos para obtener el mejor resultado en su pasión por la causa. Los Mekhet motivados por la política o la violencia suenen favorecer los Atributos y las Habilidades Sociales y Físicas para mejorar sus relaciones y tener capacidad de defensa. Los miembros más eruditos o filosóficos suelen adquirir el mayor número de puntos posible en Rasgos Mentales. Para los jugadores de una Sombra, el proceso de asignar puntos es como estar ante una tienda de golosinas: aunque todo es exquisito, no hay demasiado dinero. La mejor solución consisten en tener en cuenta la personalidad del personaje a la hora de distribuir los puntos.

Atributos preferidos: Inteligencia o Astucia.

Disciplinas de clan: Auspex, Celeridad, Ofuscación.

Debilidad: estas criaturas de la oscuridad son más sensibles a la luz que el resto de los Condenados, por lo que sufren ciertos inconvenientes de la existencia vampírica con más intensidad que otros Vástagos. Cuando un Mekhet sufre daño proveniente de la luz solar o del fuego, recibe un punto adicional de daño agravado (consulta la p.155 para obtener detalles sobre esta clase de daño). Al igual que una sombra no puede existir sin luz, la puede destruir.

Ejemplo: Loki detecta un olor a humo y se da cuenta de que el hotel donde debe visitar al priscus Mekhet está en llamas. Corre hacia la puerta y se interna en el corredor en llamas. En condiciones normales recibiría tres puntos de daño, aunque su susceptibilidad a las llamas lo incrementa a 4. Loki corre hacia la recepción con la esperanza de que el edificio no se haya convertido en un infierno.

Organización: aunque el clan Mekhet no es uno de los más organizados, posee algunas estructuras. La mayoría está relacionada con las diversas líneas de sangre del clan, ya que gozan de más independencia que las del resto de los clanes. A pesar de ello, existen algunas estructuras globales. Además de los primogénitos de cualquier ciudad Mekhet, las Sombras respetan a sus prisci con más intensidad que otros clanes, es especial a aquellos prisci que poseen una reputación de sabios.

Líneas de sangre: Agonistas (historiadores y filósofos mediterráneos que intentan descubrir y conservar la sabiduría que los Vástagos pierden mientras están en Letargo), Mnemósine (vampiros que poseen capacidad para compartir recuerdos y experiencias mediante vínculos de sangre), el linaje europeo de Morbus que sufre el Réquiem con sangre mancillada, Norvegi (culto degenerado de espías y ladrones), Sangiovanni (nigromantes venecianos que mantienen una rígida estructura familiar y Abrazan exclusivamente a sus descendientes).

Conceptos: anticuario, arpía del gueto, asesino, casanova, diplomático, matón, peregrino, perista, poder tras la praxis, policía, vidente.

Estereotipos

Daeva: expolian su propio pasado y se burlan de aquello en lo que se han convertido.

Gangrel: nobles según sus propias normas, aunque desconectados de su pasado.

Nosferatu: hermanos en la oscuridad... Ten cuidado con las rivalidades fraternales.

Ventrue: una gran compañía hasta que la fortuna conspira para colocarte en una posición elevada, momento en que se vuelven insoportables.

...

Lupinos: sospecho que hay algo más en ellos que el salvajismos que muestran.

Magos: poseen secretos que los Vástagos deberíamos evitar, secretos que usan con maestría.

Mortales: tenlos por lo que son, la fuente de nuestro alimento y el fin de nuestra existencia.

Cortesía de Jurgen Heindall